las Islas Malvinas (o Falkland, según a quién le preguntes) son un archipiélago en el Atlántico Sur, frente a las costas de Argentina. Frías, ventosas y con más ovejas que personas, pero por alguna razón, han sido un imán para las disputas internacionales desde hace más de dos siglos.
¿Por qué tanto lío por unas islas tan alejadas? Porque aquí hay algo más que ovejas: orgullo nacional, estrategia geopolítica y un montón de historia enredada.
Un poco de historia de las Malvinas (o Falkland)
Todo empieza en el siglo XVI, cuando los navegantes europeos españoles, franceses, británicos empiezan a toparse con estas islas.
Siglo XVIII: Los primeros registros oficiales los hicieron los franceses en 1764, que establecieron un asentamiento al que llamaron Port Saint Louis. Un año después, los británicos, ajenos a esto, levantaron su propia base en otro punto de las islas. ¿Problema? Ambos pensaban que las islas estaban vacías. Y claro, cuando se enteraron de la presencia del otro, la tensión subió como la espuma.
En 1767, los franceses vendieron su parte a España, que en ese momento controlaba medio continente sudamericano. España no estaba para bromas con los británicos, y tras algunos rifirrafes diplomáticos, estos se retiraron en 1774, aunque dejaron una placa reivindicando su soberanía, como diciendo: «Nos vamos, pero esto sigue siendo nuestro». Por su parte, España mantuvo el control hasta 1811, cuando se retiraron por las tensiones en sus colonias americanas. Resultado: las islas quedaron prácticamente abandonadas.
Siglo XIX: En 1820, las Provincias Unidas del Río de la Plata (lo que más tarde sería Argentina) reclamaron las Malvinas como parte de los territorios heredados de España. Establecieron un pequeño asentamiento, pero la situación seguía siendo confusa. En 1831, los estadounidenses que no tenían nada que ver, pero decidieron meter cuchara atacaron el asentamiento argentino en represalia por una disputa sobre la pesca de focas. ¡Un caos internacional! Y aquí es cuando entra de nuevo el Reino Unido. En 1833, los británicos regresaron con una expedición naval y tomaron el control de las islas, expulsando a las autoridades argentinas. Desde entonces, las Malvinas se convirtieron en una colonia británica, y Argentina no dejó de reclamar su soberanía. Este fue el origen del conflicto moderno.
Siglo XX: A lo largo del siglo XX, la disputa se mantuvo latente. Argentina nunca dejó de considerar las Malvinas como parte de su territorio, mientras el Reino Unido reforzaba su presencia. En 1965, las Naciones Unidas emitieron la Resolución 2065, que instaba a ambos países a negociar una solución pacífica, reconociendo la existencia de una disputa de soberanía. Durante las décadas de 1960 y 1970 hubo varios intentos de negociación, pero ninguno prosperó. Para Argentina, las Malvinas eran una cuestión de orgullo nacional y una herida colonial abierta. Para el Reino Unido, aunque las islas no tenían un gran valor económico, sí tenían importancia estratégica como punto de control en el Atlántico Sur.A finales de los años 70, la situación en Argentina se volvió más tensa. El país estaba bajo una dictadura militar (1976-1983) que enfrentaba una crisis económica y social profunda. ¿Y qué suele hacer un gobierno en apuros? Buscar una causa externa para unir a la población. Y ahí estaban las Malvinas, como una oportunidad dorada para avivar el sentimiento nacionalista y desviar la atención de los problemas internos.
Disputa sobre la soberanía de las islas Malvinas
La soberanía de las islas Malvinas ha estado en conflicto desde 1833 entre el Reino Unido y la República Argentina. Desde 1946 están incluidas en la lista de las Naciones Unidas de territorios no autónomos bajo supervisión del Comité de Descolonización, con el fin de examinar la situación con respecto a la aplicación de la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, por lo que la situación de las islas es examinada anualmente por el Comité de Descolonización desde 1965.
Para la Organización de las Naciones Unidas la soberanía está en litigio, tanto de las islas como de sus espacios marítimos circundantes, aunque hasta que ambas partes resuelvan el contencioso pleito, se acepta que continúe la administración local en manos del Reino Unido, para quien las Malvinas constituyen un territorio de ultramar. Argentina rechaza la administración británica sobre las Malvinas, a las que considera una «parte integral e indivisible de su territorio que se halla ocupada ilegitimamente por una potencia invasora». En tal sentido las establece como parte de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, en donde son agrupadas junto con las islas Georgias del Sur, Sandwich del Sur y Orcadas del Sur en el departamento Islas del Atlántico Sur. A finales de los años 70, la situación en Argentina se volvió más tensa. El país estaba bajo una dictadura militar (1976-1983) que enfrentaba una crisis económica y social profunda. ¿Y qué suele hacer un gobierno en apuros? Buscar una causa externa para unir a la población. Y ahí estaban las Malvinas, como una oportunidad dorada para avivar el sentimiento nacionalista y desviar la atención de los problemas internos.
¿Por qué las malvinas son argentinas?
“las malvinas son argentinas” es una frase que se usa con frecuencia para reafirmar la soberanía y como forma de reconocerse como parte de una comunidad nacional. Es una frase que se puede ver, por ejemplo, en murales, afiches, camisetas de clubes de fútbol y tatuajes.
La frase es parte de nuestra cotidianidad, pero ¿se pueden explicar cuáles son los argumentos del país para reclamar sus derechos soberanos sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes?
Una forma sintética de clasificar los argumentos es dividirlos en dos grupos:
argumentos históricos
argumentos geográficos
1-Argumentos históricos
El Estado argentino sostiene que hasta la Revolución de Mayo de 1810 los territorios de las islas estaban bajo la jurisdicción de la corona española. Con la Declaración de Independencia de 1816, pasaron a formar parte de las Provincias Unidas según el uti possidetis iure, un principio del derecho internacional que establecía que los nuevos Estados debían conservar las áreas de los territorios antes dependientes.
Los sucesivos gobiernos surgidos a partir de la Revolución de Mayo ejercieron actos de soberanía sobre las Islas.
El 6 de noviembre de 1820 se tomó posesión de las Islas Malvinas y se izó por primera vez la bandera creada por Manuel Belgrano.
En 1824 fue nombrado gobernador de Malvinas en representación de la provincia de Buenos Aires, Pablo Areguatí, un descendiente de guaraníes. Tenía la misión de protegerlas de incursiones ilegales.
En 1829 se creó la Comandancia Político Militar de las Islas Malvinas. Luis Vernet fue nombrado comandante. Entre sus tareas estaban: la administración política, el desarrollo económico, el poblamiento y la defensa del archipiélago.
La población instalada en las islas, en Puerto Luis, tenía una composición similar a la de las unidades productivas bonaerenses: estaba conformada por colonos, gauchos, indígenas, afrodescendientes, que trabajaban en tareas domésticas, de construcción, domesticación de ganado y pesca.
El 2 de enero de 1833 este proceso fue interrumpido cuando los británicos invadieron las islas y desplazaron por la fuerza a la población allí instalada, un hecho que constituyó una violación a la integridad territorial del país y dio inicio a un enclave colonial que se perpetúa hasta el presente.
2-Argumentos geográficos
Hay dos aspectos fundamentales que sostienen los argumentos geográficos.
Uno de ellos es la proximidad de las Islas respecto de las costas de la Patagonia argentina y la enorme distancia que las separa de Gran Bretaña, unos 13 mil kilómetros. Esto fue señalado en 1964 por José María Ruda, representante argentino en el III Subcomité de Descolonización de Naciones Unidas, cuando presentó el alegato que lleva su nombre: Alegato Ruda.
Otro de los aspectos es que las islas forman parte de la plataforma continental, un argumento presente en el mismo Alegato. Según la Convención sobre los Derechos del Mar de Naciones Unidas (CONVEMAR):
“la plataforma continental de un Estado ribereño comprende el lecho y el subsuelo de las áreas submarinas que se extienden más allá de su mar territorial y a todo lo largo de la prolongación natural de su territorio hasta el borde exterior del margen continental, o bien hasta una distancia de 200 millas marinas contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial en los casos en que el borde exterior del margen continental no llegue a esa distancia”.